domingo, 27 de junio de 2010

Capitulo 6

CAPITULO VI
Mía

Nuestros besos subían de tono cada segundo que pasaba, mis manos recorrían cada parte de su cuerpo, sus piernas, su espalda, su pecho, todo y ella se estremecía con cada toque, separo sus labios de los míos y me miro diciéndome.

-         Esta noche no quiero a nadie más a mi lado sino eres tu… me beso el cuello. –esta noche seré tuya… mordisqueo mi oreja –ya no podemos negarlo más- y volvimos a besarnos con más pasión.

Sin darnos cuenta estábamos recostados en el mueble yo encima de ella, sus manos buscaban quitarme la camisa desesperadamente, me separe de ella un segundo me la quite y la volví a besar.

Mi mente estaba en blanco, los besos de Ian y sus caricias me estaban volviendo loca, trate de quitarle la camisa rápido, pero mientras más rápido lo trataba de hacer más lento cedía cada botón, Ian se separo de mi y se la quito en un dos por tres y volvió a besarme, sentía su respiración tan rápida como la mía y el calor en ambos iba subiendo cada vez más rápido, me levanto sin dejar de besarme y camino hasta el cuarto y nos acostamos en la cama lentamente, de repente paro y mi me miro.

-         No estés nerviosa, no te hare daño –beso mi frente tratando de calmarme.

-         Ian, es mi... primera vez… yo nunca… -trate de decirle pero poso un dedo en mis labios para callarme.

-         Lo sé… para mi… también- hablaba entrecortado, como si estuviera nervioso igual que yo, lo mire a los ojos.

-         Te amo…-él me miro.

-         Te amo más que a nada en este mundo…- gruño bajito y me beso profundizando el beso.

No podía creer el placer que sentía con sus besos solamente, le bese el cuello, subí y le mordí el labio pasando mi lengua lentamente, en ese momento los dos perdimos el control me arranco la blusa y se quedo mirándome un poco diciéndome lo hermosa que era, bajo su cara hasta mi ombligo, subió lentamente besando y lamiendo desde mi ombligo hasta mi pecho, gemía con solo sentir su respiración, esto era una tortura lo hacía lentamente llego a la parte de mi pecho en donde tomo de mi sangre, respire más rápido al sentir su aliento allí…-Hazlo, solo hazlo- le suplique entre gemidos y eso hizo, clavo lentamente sus colmillos en mi pecho y en vez de imágenes, sentí lo que él estaba sintiendo, las ganas de tenerme, poseerme, que sea suya, empecé a gemir a causa del placer.


Se separo lamiendo mi herida, y busco a tientas mi seno, besaba cada parte de mi ya no gemía ahora lanzaba gritos de placer contenido hasta que hizo algo que me descontrolo por completo, ahora no tenia control de lo que hacía o decía ningún hombre me había tocado de esa manera, subió a besarme los labio y con las manos tocaba mis senos, esto se estaba saliendo de control y quería más, aun no me explico en qué momento me quito toda la ropa, estaba totalmente desnuda, el seguía besándome cuando de pronto me tense, su mano bajo hasta mi vientre tocando lentamente.

-         Ian…-gemí besándolo cuando me toco, esto definitivamente era una tortura, me tocaba lenta y apasionadamente haciendo que me desesperara cada vez más, sentí como mi cuerpo se empezó a tensar, sentía que algo estaba subiendo una ola de calor y mil cosquillas por todo mi cuerpo.

-         Aun no… no quiero que esto termine todavía- dejo de tocarme bajando un poco la intensidad de lo que sentía, pero no el deseo.

No lo pude soportar más y baje mis manos hasta su pantalón, quitándolo para estar en iguales condiciones, me sonroje cuando lo vi totalmente desnudo, me daba pena mirarlo. Me tomo la barbilla levantándola para besarme; su beso fue tierno y cálido puso todo su peso sobre mí. Dejo de besarme mientras me miraba a los ojos, comenzó a entrar lentamente dentro de mí.

Me dolía, pero no podía estar un segundo más sin él lo necesitaba, cuando entro por completo se detuvo, estaba muy tensa y él se había dado cuenta tenía mis uñas clavadas en sus brazos, todo su cuerpo temblaba al igual que el mío.

Me besaba el cuello, la barbilla y por ultimo mi boca separándose un poco para decirme que me amaba. Empezó a moverse dentro de mí, los latidos de mi corazón eran más frenéticos y descontrolados como nuestra respiración, sentía dolor y placer a la vez, al poco tiempo el dolor paso a segundo plano y sentí mucho placer con cada roce y embestida que Ian hacia.

Me tense volvía a sentir lo mismo como si me hicieran cosquillas en todo el cuerpo y un hormigueo, se me durmieron los pies, sentía que algo venia y no sabía que era. Ian empezó a moverse más rápido y fuerte, la sensación se sintió mil veces más; llegue al tope, explote y sentí que el subió conmigo, su cuerpo y el mío se estremecieron ante el placer, gemíamos y por un momento lanzamos un grito de placer.

Me puso sobre él, y poco a poco fui cerrando los ojos me sentía agotada.

La besaba con mas y mas pasión a medida que pasaba el tiempo, no podía permitir que esto siguiera adelante, pero ya era muy tarde, sus besos quemaban la deseaba. Sus caricias producían una reacción en mi que nunca experimente, cuando me tocaba me estremecía y hacia que la deseara mucho mas.

La levante del mueble y me la lleve en brazos hasta la habitación acostándola lentamente en la cama, me quitaba la camisa desesperadamente y no lo lograba así que decidí ayudarla, la seguía besando y el deseo ya me estaba quemando, de pronto sentí como se tenso y su nerviosismo aumentaba.

Le dije que no tenia porque estar nerviosa yo no le haría daño, entonces ella me dijo que era su primera vez sonrojándose cada vez más, la entendía para mí también era primera vez en mi vida como humano nunca llegue a tener una relación y cuando me convertí en vampiro eso no era de importancia, no para mí.
Me dijo que me amaba, sentía como crecía mas y mas este sentimiento, no me contuve le dije también que la amaba me sentía libre porque al fin podía decírselo las veces que quisiera. Ella me besaba el cuello los labios, me tocaba los brazos y el pecho como si tratara de grabar cada momento.

No lo resistí ni un segundo más le quite la camisa de un tirón sin lastimarla cuando mordió mi labio había perdido el control me acerque a su pecho y con los dientes me deshice de su sostén dejándola desnuda de las caderas para arriba.

Que hermosa era, es perfecta sin ningún defecto, para mí era como una diosa. No sabía lo que tenía que hacer así que me deje llevar baje hasta su ombligo y lo bese pasando la lengua lentamente mientras subía por su abdomen hasta su pecho, bese donde tenía dos pequeñas cicatrices, en ese momento Mady empezó a respirar más rápido y su corazón latía más rápido que nunca… -Hazlo, solo hazlo…- me dijo y no podía negarme la necesitaba.

La mordí suavemente, sin desesperarme, quería disfrutar el momento, allí fue donde sentí lo que ella sentía cuando la mordía, podía transmitir por medio de una mordida, esto era demasiado. Era como sentirme el doble, me separe y lamí su herida para que sanara; al estar tan cerca de su cuerpo desnudo no resistí el impulso de besar cada parte.

Bese su pecho hasta llegar a su seno roce mis labios para luego besarlo, ella lanzaba pequeños gritos de placer y me empujaba más hacia su cuerpo, podía sentir como se estremecía necesitaba besarla subí hasta sus labios y la bese como nunca. Le quite el resto de su ropa mientras la besaba.

Tocaba todo su cuerpo ahora desnudo, se sentía los latidos de su corazón por todos lados, no resistí la tentación de tocar su vientre la reacción que tubo no la esperaba gimió diciendo mi nombre, esto era más de lo que podía soportar. Ella se tenso, comenzaba a respirar cada  vez más rápido y supe que no faltaba mucho para que llegara al final, no quería no tan rápido así que me detuve.

Mady comenzó a quitarme el resto de mi ropa, cuando quede desnudo bajo la mirada y se sonrojo, se veía tan inocente no importaba lo que hacíamos aun así se veía inocente, alce su rostro para besarla dejando caer todo mi peso en su cuerpo, deje de besarla y la mire a los ojos. Amaba a esta mujer, ya no sería más una niña a partir de este momento dejo de serlo comencé a entrar lentamente dentro de ella, sentía como su cuerpo se retorcía del dolor pero tenía que vencer esas barreras para poder continuar, al entrar completamente me quede quieto y la abrace, luego la bese para que se relajara y se adaptara a esto que hacíamos y nos unía mas, su cuerpo estaba temblando al igual que el mío, necesitaba controlarme para no hacerle daño.

Sentí cuando su cuerpo se relajaba y comencé a moverme lentamente. No puedo describir el placer que sentía, éramos uno al fin, ella empezó a gemir, me clavaba sus uñas en mi espalda, y eso me incitaba a que los movimientos fueran más rápidos, estaba perdiendo el control.

Se volvió a tensar igual que cuando la tocaba, allí perdí toda razón y el poco control que tenia, me moví más rápido, sentía que estaba en mi limite igual que ella, hasta que por fin llegamos juntos al final, que sensación tan hermosa, tan especial, me moví y la subí hasta mi pecho y nos quedamos dormidos.


Abrí los ojos y vi a Ian junto a mi abrazándome, lo que estaba viendo parecía ser un sueño, su cuerpo desnudo hacía que lo deseara mucho más que antes, lo bese en los labios y me levante a darme un  baño. Al salir vi el desayuno en la mesa, tenía mucha hambre.

-         Nunca pensé en nosotros, de esta forma- le dije apenada, recordando todo con detalle.

-         Yo siempre te vi como una hermana, pero siempre que me iba de tu lado me sentía vacio sin nada – su mirada estaba perdida en un punto de la habitación recordado – pero nunca logre imaginar que sentía algo por ti.

Sonreí, esto no me lo esperaba, siempre supo que sentía algo por mi pero no sabía que era amor. Terminamos de comer y el entro al baño a asearse, mientras yo buscaba entre mis cosas que ponerme, me quite la camisa y el pantalón quedando solamente mis pendas intimas.

-         No me cansaría nunca de verte, eres hermosa –me alteré al escucharlo, me di la vuelta estaba desnudo, lo único que lo cubría era una toalla, de día era más fácil ver su cuerpo, como en realidad era. Me acerque a él hasta estar a pocos centímetros de su boca.

-         Yo tampoco me cansaría de verte, Ian, te deseo… hazme tuya- no sé como dije eso sin tener miedo.

Como si mis palabras fueran una orden, me agarro fuerte y me beso, luego me subió a la mesa del mini bar quitándome las dos prendas que impedían mi desnudez, agarro una de mis piernas besando y mordisqueando mi muslo no me contuve y gemí, pero nada se comparo con lo que hizo después beso mi parte más sensible esta vez no solo gemía, gritaba de placer.

Aunque era una chica de 16 años con él me sentía toda una mujer, sentí mi cuerpo más tenso, la sensación de hormigueo y presión más fuertes que la ultima vez, Ian movía su lengua más rápido, ya no lo pude resistir más me deje llevar, cuando abrí los ojos Ian estaba de pie mirándome y su sonrisa llena de picardía, había logrado su cometido.

-         Lo que es igual no es trampa- le dije, quitándole de un jalón su toalla.

Toque su miembro haciendo que gruñera y comenzara a respirar rápido, le bese los labios y le dije –Vas a sentir lo mismo que me hiciste a mi – reí ante su reacción y baje hasta su miembro y lo bese, luego lo lamí mientras que Ian no paraba de gemir, me levante y lo bese al darme cuenta que se tensaba y le volví a repetir –Hazme el amor Ian, soy tuya-


Me atrajo hacia él y me puso contra la pared abriéndose paso para entrar en mi, esto era mil veces mejor, ya no sentía dolor, solo placer. Sus embestidas eran rápidas y fuertes de pronto todo se intensifico, me mordió creando de nuevo una conexión con él, eso fue suficiente llegamos al mismo tiempo.

-         Te amo, serás mía por siempre – me dijo mientras besaba mi cuello.

Me limite a reír, definitivamente esta semana sería interesante.

viernes, 25 de junio de 2010

Capitulo 5







CAPITULO V
París


Ya habíamos abordado el avión y estaba nerviosa, era mi primera vez en un avión, lo único que me calmaba era que Ian estaba aquí a mi lado, me quede dormida a mitad de camino y desperté cuando el avión aterrizo; al salir del aeropuerto fuimos a un pequeño restaurant llamado “La Maree” en donde almorzamos, esto no me podía pasar a mí, es espectacular tanta belleza. Después de salir del restaurant salimos nos dirigimos a un hotel llamado Astra Opera a hacer reservaciones.


-Bonne dame, pour les réservations –dijo Ian en frances.


-Bon après-midi, nous avons seulement une chambre inoccupée –respondió la recepcionista con una sonrisa coqueta, cosa que me molesto mucho.


-Mady, la señorita me indico que solo tiene una sola habitación en estos momentos –Ian estaba tenso esperando mi respuesta.


-Mmm, no hay problema Ian, creo que podemos dormir juntos hoy y mañana preguntar si desocuparon otra habitación –estaba nerviosa dormir con Ian, esto de verdad sería interesante.


-Ok, nous voulons que la salle, contactez-moi demain à une autre salle disponible pour- después que Ian hablo con la encargada le entrego nuestra llave y nos fuimos a la habitación.


No podía decir nada solo miraba lo hermoso que es este hotel. La habitación era muy grande, tenía una pequeña sala, una barra de bebidas y una cocina como habitación principal, la segunda habitación se encontraba nuestra cama era grande y hermosa, había un televisor y un baño con yakusi, sin lugar a dudas este sitio era un sueño, tenía que estar dormida.


-Mady, ¿quieres servicio a la habitación?- me pregunto- ¿Cenamos y pedimos algún postre? o ¿quieres cenar fuera?


-La verdad hoy quiero descansar para salir mañana y conocer, ¿qué hay en la carta?


-Aquí tenemos Omelette de espárragos, Concassé de tomates, Bouillabaise y Pollo con pasas al coñac- me miro a los ojos y dijo –Te recomiendo el pollo, es delicioso.


-Pollo será, ¿y de tomar? Ah, no se te olvide el postre.


-Eso depende, ¿quieres algún vino o jugo natural? Y de postre que nos den de sus dos mejores postres y los compartimos, ¿te parece mi pe… Mady?


-Está bien, quiero un jugo de melocotón por favor, me daré un baño Ian un momento.


*****


Mady se estaba bañando cuando llamé a servicio a la habitación, hice el pedido y me senté a esperar, aproveche para llamar a Cris que me pregunto cómo estuvo el viaje, luego llame a Francis informándole que todo estaba bien, en ese momento salió Mady y se sentó a mi lado.


-Ian, Disculpame –se empezó a sonrojar- lo que te dije ese día antes de ir al baile, que… que te odiaba… no… no es cierto, no te odio- bajo la mirada apenada.


-No tienes que disculparte mi pequ… lo siento Mady –me disculpé al recordar que no quería que la llamara así.


-No, no dejes de decirme mi pequeña por favor, es solo que me… me molestaba… el que tu y Miriam…- estaba muy nerviosa, ya no se atrevía a mirarme a los ojos lo podía sentir.


-Está bien, mi pequeña.- dije eso acercándome lentamente, no lo podía soportar más necesitaba tenerla cerca, tocar su piel y sus labios toquen los míos- Yo no tengo nada que disculparte- mi voz sonaba cada vez mas ronca por la emoción, estábamos a punto de besarnos cuando tocaron la puerta- Maldije en mis pensamientos –


Cenamos y charlamos como hace mucho no lo hacíamos, estaba feliz, ya no podía negarlo estaba enamorado de esta chica, en toda mi vida ni como humano ni como vampiro había experimentado esto que estaba sintiendo. 
Después de comer, Mady me hizo una pregunta que me sorprendió.




-Ian, ¿quién eres?- enarque una ceja y ella se sonrojo.-


-¿Quieres saber quién soy? Bueno es una historia larga –sus ojos reflejaron tristeza, como ella puede estar interesada en mi vida. Lo pensé unos minutos y comencé a relatar mi vida. – Me transforme en lo que soy hace 400 años en 1609 nací en 1592 era una época muy distinta, mis padres eran de clase media y hacían todo lo posible para pagar mis estudios en el instituto, el día que cumplí 16 años de edad me encontraba de regreso a mi casa cuando una mujer muy hermosa o al menos eso veían mis ojos se paro frente a mí, se acerco lentamente no podía entender porque no lograba moverme, tenía miedo y no podía correr ni esconderme ella solo me dijo –Eres perfecto- me agarro por la barbilla y me mordió salvajemente todo se volvió oscuro y caí, pensé que había muerto cuando desperté al día siguiente en mi casa.


La observe un segundo y pude notar que estaba interesada en seguir escuchando. –Pensé que solo una persona que no se encontraba en sus cabales lograría hacer eso que me hicieron a mí, pasaron los días y yo me encontraba muy débil aun sin saber el porqué, me alimentaba bien y no estaba enfermo pero me sentía muy cansado, la misma mujer que vi esa noche estaba en mi habitación, quería gritar pero no podía –Ni lo intentes Ian o morirán tus padres- me dijo y yo quede paralizado mis oídos no daban crédito a lo que escuchaba en ese momento –¿Qué quieres de mi? -le pregunte y ella solo me respondió con una sonrisa se subió a mi cama, me agarro el cuello nuevamente y lo volvió a morder.


-Pero ¿aun no te había transformado? – pregunto incrédula


-Si, lo había hecho, pero ella quería que su raza fuera menos humana y para eso necesitaba extraer toda mi sangre- proseguí- luego de extraer mi sangre volví a caer desmayado pero cuando desperté no sabía quien era ni donde estaba, estaba muy confundido, vi a Roxanne el vampiro que me transformo y me llevo a la habitación de mis padres, me ordeno matarlos y eso hice.


-¿Qué?... no… -la interrumpí-


-No pienses eso, cuando perteneces a una raza de vampiros como a la que pertenecí yo si el líder te transforma y no otro miembro suele traspasar mucho de su poder a la persona que quiere transformar y cuando te ordena algo sin importar que no quisiera matarlos su orden es una obligación, cuando los mate comencé a recordar poco a poco mi vida como humano y los vi, las personas que había matado eran mis padres, la mire a los ojos y ella solo me dijo –Ellos ya no te importaran mas- y así fue. 
Mi raza era una de las más poderosas la mayoría poseíamos un poder grande y nos dedicábamos a matar pueblos enteros, nos llamaban ángeles porque para los humanos eso éramos una especie de ángeles.




-Sigue –dijo asintiendo para darme ánimos. 


-Así transcurrieron los primero 300 años de mi existencia, matando a personas sin propósito o sentido alguno, un día mientras matábamos como era de costumbre llego Francis y se paro al frente de nosotros preguntando -¿Qué creen que hacen queridos míos? Roxanne nuestra líder se bufo y corrió hacia ese vampiro, entonces quedamos todos sorprendidos ya que se convirtió en polvo en menos de un segundo. Fue una batalla larga ya que mi clan era numeroso, cuando ella se acerco a mi cerré los ojos y pensé –“Si no me aceptan en el cielo, lo harán en el infierno aunque no veo la diferencia de lo que sería eso, si aquí vivo en mi propio infierno”- pero ella me contesto –Veo que no eres malo después de todo, veo en ti bondad, arrepentimiento y obligación, lo hacías porque estabas obligado a eso- pero ¿cómo? ¿Ella podía leer mis pensamientos o qué? Pensé. –Ian, te perdonare pero a cambio debes venir con nosotros- lo pensé por un segundo y accedí, allí empezó una etapa de cambios, mis viejos hábitos eran difíciles de dejar aun podía matar sin sentirme mal por ello, Francis me enseño cosas y me defendía si era necesario, era como una madre para mí, lo es aún.


-Tenías una vida tortuosa Ian, tú no pediste ser lo que eres. Agarró mi mano y me sonrió. –solo fuiste convertido por el vampiro equivocado aprovechándose de ti.


-Puede ser – ella bostezo y entrecerró los ojos – Ya es tarde, tenemos que descansar, mañana puedo seguir contando mi historia, pero vamos a dormir necesitas descansar.

*****


Desperté lentamente sintiéndome dormida aun, sin abrir los ojos recordé toda la conversación de anoche, mientras Ian me contaba sobre su vida podía ver su cara de dolor y a veces de felicidad, creo que tenía miedo que yo le tema, pero no me importa lo que es Ian, siempre supe cual era su naturaleza, siempre supe que era un vampiro y sabia que lo peligroso que podía ser ¡no me importa! Estoy enamorada de ese vampiro. De pronto mi almohada se movió, un minuto las almohadas no respiran abrí poco a poco mis ojos mi corazón estaba latiendo rápidamente, vi su pecho subí la mirada y le vi la cara, que hermoso estaba tenía su mirada en mi.


-Buenos días, ¿dormiste bien? –preguntó con una sonrisa en el rostro.


-Perfectamente bien – me puse roja como un tomate, me levante para asearme, hoy el día iba a ser largo. Nos dirigimos a un pequeño café a desayunar y le pregunte – ¿a donde vamos hoy?


-Creo que es conveniente que demos un paseo por el Bosque de Boulogne y por último el Parque Montsouris, pienso que te va a gustar – me dedico una sonrisa y yo asentí emocionada.


-Al llegar no pude evitarlo me emocione, comencé a correr y a reír este lugar era maravilloso, me di la vuelta y le dije a Ian.


-A que no me alcanzas –no podía evitar reír.


-Esto me es familiar, y bien sabes que si puedo –dijo mientras dibujaba una sonrisa picara en su rostro.


-Bueno al menos finge para mi, trata de alcanzarme ¿sí? – me le acerque lentamente con suplicas en mis ojos pero algo cambio mientras más cerca estaba, mas lo deseaba y podía sentir como él también.


-Yo… yo lo… -nuestros labios se unieron dulcemente, puso su mano en mi cara poco a poco el beso fue subiendo de tono -no aquí… no aquí por favor decían mis pensamientos y como si él pudiera leerlos se separo de mi, los dos respirábamos agitadamente. Caminamos un rato en silencio y comenzamos a hablar de nuevo.


-Cuando Francis te perdono y te acogió ¿a qué renunciaste para poder enfrentar esta nueva vida que llevas? –me senté sobre la hierba y le indique con la mano que se sentara a mi lado, nunca me había sentido tan interesada en saber sobre Ian hasta ahora.


-Necesitaba dejar de tomar sangre de humanos o por lo menos no matarlos, porque de cierta forma nosotros necesitamos de ella para poder utilizar nuestros poderes, mate a mucha gente tratando de controlarme, los primeros 20 años fueron difíciles pero Francis me ayudo. Aun recuerdo una noche… -entrecerró sus ojos por unos segundos como buscando algo en su memoria, algún detalle hasta que lo encontró- una noche hace 80 años encontré a Cristina estaba a punto de morir y su rostro me recordó al de mi madre, quería salvarla pero era muy tarde le quedaban minutos por eso la mordí convirtiéndose así en vampiro, es una de mis mejores amigas, mi hermana y nos apoyamos mucho, Francis pensó que ella sería mi compañera pero de inmediato se dio cuenta que ella me quería como un hermano, estaba inmensamente agradecida y lo mismo sentía yo por ella así que descarto esa idea y la acepto en nuestro clan, la ayude en su autocontrol pudo estar con su familia después de unos meses, durante el día Francis nos enseñaba a cómo controlar nuestros poderes y durante la noche ella volvía con su familia mientras yo seguía practicando, ella y yo tenemos la capacidad de tener no un solo poder sino varios poderes, en si eso es lo que hice después que Francis me encontró. –ahora me miraba tratando de descifrar mis sentimientos.


-¿Qué clase de poder tienes? –tenía que preguntar, saber todo sobre él.


-Mmm, puedo presentir lo que siente la gente, controlar a las personas pero eso lo podemos hacer todos –sonrío al ver mi cara- yo lo utilizo en peleas es un punto a mi favor por eso pierdo mucha energía, puedo controlar ciertos elementos al igual que Cris, ella puede controlar el aire y el fuego en cambio yo controlo la tierra, el agua, la luz y el aire este poder en particular nos puede matar, puedo ser otra persona si quiero de esa manera trabajamos en cubierto y muchos más Mady que no lo entenderías si no te lo muestro.


-Vaya es que ¿hay más? –no puede ser, ellos son…-


-Somos unos monstruos si, tienes razón, lo somos – bajo la mirada y me sentí culpable no quería que sintiera que lo rechazaba o pensaba eso de él.


Caminamos hacia la salida del bosque, agarramos un taxi para ir al parque al llegar nos limitamos únicamente a caminar y a observar el paisaje, así transcurrió nuestro paseo en silencio de vez en cuando lo miraba y le dedicaba una sonrisa, y él me la devolvía; tenia tanto que pensar no podía quedar así tenía que romper este silencio o iba a morir. 
Se hizo de noche y nos montamos en un taxi, mis emociones estaban controladas cuando llegue a la conclusión que siempre tenía, no me importaba quien era Ian, lo que hacía ni nada, lo amaba y eso era lo único que quería saber y entender, cuando llegamos al hotel la recepcionista lo llamo.




-Monsieur, nous avons une chambre disponible, voulez-vous? – Ian me miro triste y se dirigió hacia la recepcionista.


-Oui, merci madame – luego me dijo – ya puedes tener tu habitación, ya desocuparon otra subiré y recogeré mis cosas – no puede ser todo se derrumbo, ya no estaría conmigo, subimos en silencio y llegamos a mi habitación, el comenzó a recoger sus cosas, sentía que moría sino hacia algo, me acerque a él y le dije.


-Por favor... no, no te vayas – lo bese temiendo que se alejara, el me respondió el beso soltó una camisa que traía en sus manos y me rodeo la cintura. –Te amo. Le dije y mi corazón paró en seco, Oh dios mío ¿qué acabo de hacer? Me miro por unos segundos y se acerco lentamente a mis labios, y rosándolos me susurró –Y yo a ti también- subí y baje en un minuto mi corazón no aguantaba tanto dolor tenía que estar más cerca de él, sentía esa necesidad por todo mi cuerpo, y volvimos a besarnos.


*****


Esto tenía que es un sueño, si es que un vampiro puede soñar, estaba besando a la mujer más bella que puede existir sobre la tierra, ella me amaba lo acaba de decir y toda ella desprendía ese sentimiento, me estaba volviendo loco, también le dije que la amaba sin pensar en nada ya no podía ocultárselo más. Temía que se alejara mas de mi, por todo lo que le dije hoy en la tarde sin embargo todo lo que quería era estar junto a mí, lo sentía y esto hacia que la deseara más, nuestras mascaras cayeron ya no había vuelta atrás.